noviembre 15, 2010

CXLIV


Yo también soy TRECE...

Como al tercero de los tiempos, un trece me vio nacer.

Seguiremos buscando, seguiremos encontrando, seguiremos siendo plenos porque es nuestra elección:

El universo y su magnitud, lo espiritual y su paz, la esencia y la grandeza del YO...

YO VI;

YO OI;

YO SOY…

La noche del sábado; con fraternal amor, conmemoramos el año ciento cuarenta y cuatro.

Con vino espumoso enjuagamos la boca y con palabras alimentamos el espíritu.

Por el escriba;

Por la enseñanza eterna...


GBo

noviembre 03, 2010

Honestidad Brutal


No sé bien si fue el frío del viernes

No sé si el frío del viernes se debía a la ausencia de Haty -atendiendo una más de sus insoportables locaciones, tan lejos de mi…- Mi chica había tomado el primer vuelo con destino a quién sabe dónde -motivos de trabajo-

No sé si la ausencia de Haty me puso en una insoportable soledad desde primera hora del día;

No sé si lo incómodo de mi soledad respondía a que esa noche de concierto todos iban en parejas y yo en plan soltero. Soltero que no quiero ser, que no soy…

No sé si fue porque esa noche Syb iba de la mano de su esposo -y aún amigo-

Que no sé bien a bien que fue…

Pudo ser algo en particular o todo a la vez.

Que sea lo que quiera ser; pero el pasado viernes viví el más triste de los conciertos de Andrés Calamaro.

Aunque pensándolo bien, puede ser que el cansancio -aburrimiento- haya alcanzado a la banda después de un año de estar con el mismo repertorio todas las noches; tocando por aquí y por allá.

Si así fuera, ninguna culpa tenemos los del palco.

Aunque con una banda de ese calibre, me parece poco probable que conozcan el aburrimiento.

Un concierto muy malo en verdad

La mayor parte de las canciones fueron las mismas del repertorio que escuchamos en el Metropolitan. No obstante, la interpretación fue infinitamente más fría, sin emoción, sin entrega.

Como que Andrés y la banda estaban ahí por cumplir, pero sin gozar. Y así no se puede dar un concierto de rock. ¡No muchachos, no!

Luego agreguen el pésimo sonido que nos cobijo durante todas las canciones. Tal vez en los monitores el concierto sonó espectacular, pero en las tribunas aquello fue un desastre sonoro. Las primeras cuatro canciones fueron lo peor de la noche, no se escucho nada de la voz, sólo el estruendo del bajo y el golpeteo del tambor.

Intentando reaccionar -tras un breve rasgueo a “Digan lo que digan” de Raphael- los ingenieros de audio lograron medianos resultados. Medianos e insuficientes, pues me temo que el error viene de origen en el equipo “Venue” con el que cuenta el Auditorio Nacional. Ese equipo es insuficiente para un recinto de tal magnitud.

Como conclusión podríamos resumir que el Auditorio Nacional no le va bien a Andrés y a la Banda. Deberían escuchar nuestras sugerencias de seguir tocando en el Metropolitan y animarse un día al Zócalo. Entiéndanlo de una vez: El Auditorio Nacional no es recinto para un concierto de Rock.

Lo mejor de la noche;

Un Andrés con bandana en la cabeza muy a lo Keith Richards. La voz también con notas entre Bob Dylan y el mismo Richards. Con mucha estampa el chico.

El feeling tropical en el set que incluye “Tres Marías”, “Mil horas” y “Tuyo siempre” fenomenal el ritmo que logran en esos minutos.

Momento cumbre con “Me estás atrapando otra vez” fue la primera vez que la tocó en México y fue algo sublime. Este tema salvó la noche de un fracaso total; por tal canción valió la pena todo. Debieron haber escuchado el Riff de Julián; para ponerse de rodillas ufff!!!

Esta vez no hubo tequilas para brindar, ni atril de lectura -pronter en su lugar-, ni canciones que nos hicieran brincar de emoción.

Un mal concierto.

Para olvidar...


GBo