junio 30, 2010

Veranos

¿Cuántos veranos?
No lo sé; comienzo a olvidarlo
Lo inevitable del tiempo, supongo

Imagino cómo serán tus manos,
tu cabello, cuál tu aroma
Cómo el tono de tu voz,
cuál tu postre favorito…

¿El primer verano?
No,
no ha llegado

No nos ha salido el sol
Pero mis manos -llenas de amor-
arrancan hojas al calendario
alimentando mi paciencia

Un día te abrazaré;
conoceré tu aroma

Un día me abrazarás;
conocerás mi amor

GBo

junio 28, 2010

A saber


“Algunos se mueren aún siendo en vida; otros viven después de la muerte”
Valeriu Butulescu


Lejos estoy de considerarme un escritor, pero sueño con serlo un día. No es una idea nueva ni una moda a seguir. Lo sé hace quince años, al menos.

Sucede que me lanzaré al cumplir los cuarenta; por ahora a vivir y a seguir leyendo -materia prima- para tener algo que contar. Así he trazado el camino. Igual ocurre antes, igual nunca ocurre: hey c’est la vie!!!

Lo más cercano a mi sueño bohemio ha ocurrido así:

Regresaba a casa tras un día de labores. Una amiga llamó al celular para pedirme “un favor

A saber; cuando un amigo me pide un favor es cosa seria y lo dejo todo. Pero aquel día venia de un desvelo y un ayuno prolongado, por lo que me animé a preguntar:

-¿Está todo bien? ¿Es algo urgente?
-Todo bien, gracias por preguntar. No es urgente, pero es importante para mí -respondió y yo respiré sabiendo que iba a comer y a dormir según la hora planeada-
-¿Puede ser mañana con un café en la mesa? -propuse-
-¿Está bien a las seis? -preguntó-
-No se hable más -confirmé-

Tras el abrazo fraternal que nos damos cada vez que nos vemos; saco de la maleta de su lap top un montón de hojas impresas y me dijo “Necesito que me expliques palabra por palabra que has querido decir…

Eran todas las publicaciones que había realizado hasta ese entonces en el blog. No pude evitar ruborizarme, sentirme desarmado, desnudo de ideas, de palabras.

Una vez repuesto de las sensaciones inesperadas, me sentí halagado porque finalmente alguien se había tomado la molestia de leer lo que escribo. Además se había interesado en escuchar de viva voz cada idea -y cada trampa- que he ido poniendo y que nadie antes había cuestionado.

Luego otra vez me sentí incómodo al pensar que si necesitaba explicar lo que había escrito es porque lo estaba haciendo muy mal. Luego recordé que ella había dicho “pedirte un favor” y eso me devolvió un poco de calma.

Bebí café como pocas veces -en gran cantidad- y hable como siempre -abrumadoramente- al grado que mi amiga se emocionaba cada vez que explicaba el porqué de una palabra, de un título, de una imagen, de una canción, de la fecha de publicación, de todo. Ella constantemente agitaba la cabeza, sonreía, daba un trago al café, cruzaba la pierna y suavemente decía “¡Claro, lo sabía!

Para mi sorpresa, muchos de mis cálculos se habían sospechado y sólo tuve que confirmarlos.

Ella dijo estar aún más emocionada por haber dado la lectura correcta y porque “Ahora que los vuelva a leer los voy a disfrutar mucho más. Es hermoso lo que escribes a tu hijo”

Yo sentí emoción por mis cualidades de buen conversador. Luego pena porque me dijo que le habían gustado mis textos.

Más tarde pensé que lo que me gusta de un sueño es su cualidad de imposible. Pero como el tiempo avanza, me animo a compartir lo que escribo y me dicen que “no está tan mal” -podría ser peor, claro- y yo siento que eso es como despertarme de mi más lindo sueño.

Y no sé si quiera despertar…

Lo que les quiero decir, es que está tarde mientras leía “¡Qué viva la música!”, encontré una frase que resume de mucho mejor manera lo que yo les he querido contar.

La leo y entiendo -tarde- que aquella vez sólo debí decirle a mi amiga que escribo para conocer mejor a los de mi alrededor y al que miro al espejo cada mañana. Eso y dejar de lado tanta palabrería -lo malo del café en exceso-

Leo y comparto:

“Lo único que yo quiero es dejar un testimonio, primero a mí de mí, luego a dos o tres personas que me hayan conocido y quieran divertirse con las historias que yo cuento, aunque sean familiares míos, no importa, pero trabajar, escribir aunque sea mal, aunque lo que escriba no sirva de nada, que si sirve para salir de este infierno (ja, ja) por el que voy bajando, que sea esa la razón verdadera por la que he existido, por la que me ha tocado conocer (aunque de lejitos) a la gente que he conocido.”

Andrés Caicedo

junio 27, 2010

Lo de ayer; lo de siempre


En alba dominical comenzaron a desfilar parientes y amigos -y los hijos o parejas de cada uno- por la casa con botellas de refrescos, cervezas, tequilas y botanas dulces y saladas -todo cabe- a fin de disponerse a ver el partido de fútbol entre el representativo de ratones de México y las veloces -feroces- liebres de Argentina.

Lo bueno es que yo estaba de pie desde temprana hora y pude recibirlos a todos sin el bochorno propio que causan los atuendos de una mañana de domingo.

Lo malo es que iba de salida dispuesto a recorrerme la ciudad en moto.

A pesar del abucheo generalizado no dude ni un momento en subirme a la moto y salir a rodar. El balón también va a rodar hoy, pero eso a mí no me importa.

-¿Pero no vas a ver el partido? -reclamaron

-No -respondí poniéndome los guantes

-¿A poco no te gusta el fútbol? -insistieron

-No mucho. Además ese partido ya lo vi -encendí el motor

-¿Ya lo viste? ¿Dónde? -inquietos

-En la tele, hace cuatro años -arranque

Para muchos será su primer mundial y la esperanza cabe. Para mí no lo es. Lo de hoy es una película con final feliz para Argentina. Lo he visto antes. Tampoco me parece una desgracia; lo justo por decir algo.

Así, la lógica me dice que encontraré una ciudad despejada de automovilistas atroces, pálidos semáforos y luminosos polis. Una ciudad como la que transitaban los abuelos en su juventud. Limpia además. Algo bueno tenía que dar el fútbol ¿no? Un domingo así no es para quedarse en casa.

Sólo espero que el Paseo de la Reforma no se arruine con la presencia de gente decepcionada quitándome la oportunidad de unas fotos...


El trayecto resulto según lo planeado y ahora estoy bebiendo café con una calma inusual. Hojeo algunas revistas y me pongo a escribir.

Escribo para distraerme y poner una dosis de atracción a mi persona dentro de este café en el que todos los ojos dan al televisor. Los gritos y la emoción de la gente contrastan con mi silencio y mi intento de concentración.

No logro distraerme escribiendo, mucho menos concentrarme y no sé si consigo destacarme de entre los comensales.

Sólo sé que hay unos ojos que me están inquietando. Cierro el cuaderno de notas.

Con alegría descubro que no soy el único desinteresado en el partido de hoy.

Los ojos que me inquietan son de la mesera del café que intenta agradarme señalando lo bien que hago en no “engañarme” con el partido y pronostica:

-Yo no sé para que lo ven. Va a ser lo de ayer, lo de siempre…

Si sus ojos me inquietaron, de sus palabras mejor ni hablo.

¡La cuenta, por favor!


GBo

junio 25, 2010

Florecer


“Tú no me buscarías si no me hubieras encontrado ya”
Blaise Pascal

Ayer tarde -olvidándome de la oficina- fui a dar a la Feria de Libros que se extiende en la Plazuela del Auditorio Nacional en el DF.

En repetidas ocasiones me he planteado el mismo cuestionamiento:

¿Los libros nos encuentran?

Mi respuesta ha sido afirmativa siempre.

Desde aquel día -no recuerdo el año, pero seguro que era 1997 ó 1998 a lo más- en que Alejandro Aura tuvo a bien obsequiarme -vía la Sobremesa en 1260 de AM- una colección de Henry Miller: Sexus, Plexus, Nexus, Trópico de Cáncer y Trópico de Capricornio.

Apenas fue leer a Henry Miller y mi vida cambió. Desde ese día quise ser escritor y vivir profundamente enamorado de una mujer a la que sólo le importara verme escribir -Mona- y rodearme de amigos que no escatimaran en dejarse dar un “sablazo” para que pudiera llevarme el pan a la boca.

Aunque hay quién dice que después de “Crimen y Castigo” nunca volví a ser el mismo. Es probable que tengan razón.

Hoy sobre las mesas de la Feria me encontré con algunos títulos que venía persiguiendo y algunos otros que simplemente estuvieron en el mismo lugar y a la misma hora -“Fue sin querer, es caprichoso el azar…”-

Sigo creyendo firmemente que los libros nos encuentran en lugar y momento indicado. Habrá que leerlos para saber el porqué.

Volví a casa con las manos llenas -buena pesca- y con la emoción de llevar a mi estantería obras de José Joaquín Blanco, J. M. Caballero Bonald, Soledad Puértolas, A. C. Porta, Alfredo Bryce Echenique, Jaime Bayly, Ángel González, una enciclopedia de Macca, una de Harley Davidson, un método de lectura musical editado por la UNAM -bello en sí mismo- y un montón de ejemplares de Algarabía que le dan un buen empujón a mi incompleta colección.

Además de tener unos ojos que son motivo suficiente para volver a la feria; la chica de Algarabía me dijo que los números primeros se han convertido en clásicos de difícil adquisición “Pero igual llámame y veo si te consigo algo…”

En el fondo todo es igual: buscar, intentar, mantenerse, equivocarse y…

Un día cualquiera florecerá

Hoy viernes 25 venta nocturna hasta media noche


GBo

junio 19, 2010

Media Verónica


Esa fue la suerte con la que Andrés Calamaro salió al ruedo la noche del viernes a “responder” a una confundida­ porra anti-taurina que se planto la noche del jueves fuera del Teatro Metropolitan de la Ciudad de México intentando causar polémica en lo que de origen -y final- sería una noche de rock.

Andrés respondió con música -que es su profesión- tocando “El tercio de los sueños” a manera de venganza. Al menos eso fue lo que yo pensé y pude comentar con mi amiga durante el concierto. Esta tarde Andrés despejo mis dudas.

Creo que las tres orejas se quedan cortas. Para mí dos orejas, rabo, vuelta al ruedo y salida por la puerta grande. Y eso porque el indulto no tiene un papel en esta historia.

Que yo recuerde nunca nadie se ha ido a pronunciar en contra de un concierto de Rock fuera de plaza de toros alguna. Quiero decir que fue una presencia inoportuna y vilmente manipulada.

Y si no, que alguno de los chiquillos que ahí estuvo de pie nos ayude con algunas dudas:

¿Cuántas plazas de toros hay en México?

¿Cuál de ellas es la de más reciente apertura?

¿Cuál es la edad legal para que el burel vaya al ruedo?

¿Quién es la autoridad que hace respetar el Reglamento Taurino en México?

Y una fácil -mucho más que las anteriores-

¿De dónde viene la arena con la que se forma el ruedo?

Quién sea capaz de responder estas preguntas, será incapaz de manifestarse a las puertas de un concierto de Rock. Será incapaz también de arremeter contra quién sólo expresa su opinión y vive de la música.

Quién no las sepa responder que deje de manifestarse y se ponga a estudiar.

Estudiar para saber de qué hablamos y -lo verdaderamente importante- estudiar para que se forme una opinión propia y no vaya comulgando con la opinión de “alguien” más…

Ya luego verán que esas manifestaciones -a las que tienen el mismo derecho que yo tengo para opinar- deberían hacerlas en los hierros taurinos -Huichapan, Querétaro, San Luis, Apizaco, Acapangueo, Cieneguilla, etc- donde las estadísticas de crianza podrán responderles cuántas cabezas de lidia serán “capaces” de salvar en el lapso de un año o lo que duren las fiestas bravas.

Aunque permítanme dudarlo…


GBo






junio 18, 2010

In a Cross Fire Hurricane


No tenemos palabras, porque no tenemos voz. Lo poco que queda lo estamos reservando para hoy.

Está vez dejaremos que las imágenes hablen del gran acontecimiento musical que presenciamos anoche y -a su vez- nos recuerden la gloria rockanrolera que nos espera hoy.

Ufff...











Lo dicho; el Metropolitan y el Rock una explosiva combinación

GBo

junio 15, 2010

Porque Sigue Brillando





Por eso es que Andrés es una estrella de Rock: porque sigue brillando.

Me arriesgo a decirlo aún sabiendo que alguien en Avellaneda va a brincar de rabia, que los de Baires se pueden indignar y que a los de Puerto Madero ni les va a importar.

Es que Andrelo se lo ha “currado” y ahora somos testigos de cómo un contemporáneo se encuentra escribiendo su nombre en las páginas de la historia del Rock and Roll. Así se percibe en Barcelona y así se le aplaude en México sin cuestionarlo; que lo sepan.

La historia es cuestión de tiempo y, por tanto, cuestión de esperar. Debemos mirar atrás juntando en décadas los años y enlistar aquellos nombres que han sobresalido por su trabajo creativo y de difusión musical -estamos hablando de Rock & Roll- así tendremos mayor certeza al afirmar que la del dos mil, será la década de Andrés Calamaro.

Recodo: El lector interesado y amante del género podrá hacer su propia investigación y comprobar que Calamaro pude hacer la misma carrera talentosa que han hecho todos esos íconos del Rock en español -Lingua Mâter- con la diferencia que en diez años no ha bajado el ritmo de su paso por el mundo del rock. Eso lo convierte en músico híper creador al que le han nacido algunos clásicos del Rock con Ñ en las manos. Ver: Miguel Cantilo, David Lebon, Lito Vitale, Hugo Fattoruso, Ciro Fogliatta, Litto Nebbia, Claudio Gabis, Charly García, Fito Paez, Gustavo Cerati, Pappo Napolitano, Luis Alberto Spinetta, Fito Páez, Nito Mestre, León Gieco, Roque Narvaja, Vox Dei, Arcoiris, Los Gatos Salvajes, Pescado Rabioso, Los Abuelos de la nada… Por mencionar los momentos cumbres en la historia del género llamado Rock en español -el lado Argento, claro-

El camino del éxito no es exclusivo de Andrés, ni es un camino nuevo. Tampoco todo ha sido culpa suya. El chico entiende bien el sonido, el ritmo, el objetivo del rock popular y como este debe llegar a la vida de las personas como un hombro en el cual confiar, como una amigable luz que nos guíe a buen puerto. Calamaro ha desarrollado un instinto a la hora de escribir que consigue que a la primera vez suene a frase superficial -tan obvia casi siempre- Luego de un rato, vas por la vida con las canciones de Andrés que terminas comprendiéndolo todo y siendo parte de la historia musical en los discos de El Salmón:

“Yo te prometí hacer deporte, pero era una mentira para robarte un Tal vez…”

“Lorena es todas o ninguna, o puede ser alguna para mí…”

“No te preocupes, no se te nota que no sabes encajar…”

“Estoy cansado de esperar, pero igual no tengo a donde ir…”

“Ya siento que estoy radiante por volver, tengo en cuenta que el diamante es carbón…”

“No sé si prefiero días iguales o días distintos. Ya guardé el instinto asesino en un cajón…”

“Una casa no se puede comprar con amor, las deudas no se pueden pagar con amor…”

“No sé que quiero, pero sé lo que no quiero. Sé lo que no quiero y no lo puedo evitar…”

Por decir lo menos…

La de Andrés es una obra incansable que no se refugia en el éxito del disco anterior. Siempre está pensando en nuevas formas, en nuevas experiencias, en nuevos sentimientos. Es decir, ejerciendo la profesión.

Ya he dicho antes la gran emoción que causan algunos discos en mí. Los discos de Andrés no son la excepción. Guardé celosamente el momento de llegar a poner el disco en casa y disfrutarlo sin interrupciones. Sigo creyendo que los discos, los libros, las canciones nos escogen y nos llegan en el momento adecuado.

On the Rock, no me sonó a un disco de Rock en mi primera impresión. Ni el paso doble es paso doble, ni el rap -malogrado de Calle 13- hace una aportación favorable al disco, ni la cumbia sureña es rock, ni lo es el ritmo ranchero de José Alfredo Jiménez… Nada de eso es rock a menos que pase por las manos de El Salmón y la cosa cambia a su favor.

A pesar de los ritmos incluidos, es un título acertado. Un título que muestra la capacidad de síntesis musical en la que hay espacio para guitarras, batería, piano, teclados, bajo y unas secuencias armónicas vocales -atención a Vicentico en Tres Marías- que nos dejan con la boca abierta ante la capacidad musical de un incansable creador. La progresión de acordes encuentra su belleza en lo sencillo matizando la importancia y lo sublime en la interpretación -Los Divinos-

Un nuevo disco de Andrés Calamaro. Un disco lleno de emoción, de calidad y amistad. Se percibe en directo y es palpable en el CD el buen ambiente de tocar entre amigos. La velocidad en los riffs de Diego, la armonía en el piano de Tito, la elegancia -en plaza Francia- y la potencia en la guitarra de Kanevsky, el golpe exacto de Niño Bruno en la batería y la presencia de Andrés hacen de esta banda, una banda cinco estrellas.

Esta es semana de Rock en el Teatro Metropolitan de la ciudad de México -ya era hora- con estos muchachos. Que gran semana, dos noches de rock dulcemente saturado. Buen recinto, buen set list y buenos cómplices en la escena. Que la noche de jueves y viernes nos encuentren saltando y cantando. Que el sábado ya veremos...

PS. ¿Cómo pude olvidarlo? Olvide mencionar a Candy Caramelo y su inmensa verticalidad en el esenario. Cuando Candy esta en acción parece que con su cuello va a llegar al cielo. Luego esa discreción en las líneas del bajo sin las que esta banda no sabría que camino seguir. Un gran líder musical al bajo. En lo particular me emociona verlo/escucharlo con toda esa altura y colgarse el Fender lo más bajo posible para mostrarnos cuán largos son sus brazos y sus alcances a la hora del ritmo. Fina estampa caballero!!!

GBo






"A las nueve; si no llueve, te espero en un bar para empezar a olvidar"

AC

junio 14, 2010

Un Raudal


“Pienso, por ejemplo, que creo que nunca, en mi opinión, un poema se debe escribir para enterrar nada ni para oscurecer nada, sino todo lo contrario. Los poemas se escriben para esclarecer misterios, para resolver secretos y para dar explicaciones a las cosas, no para confundir al lector, encerrarlo en jaulas y sentirse dos pisos más arriba de lo que él vive. Esa es la idea que tengo de la poesía”
Benjamín Prado



Así lo creo también; no escribo para agradar o enfadar a nadie. Escribo a partir de algo que me ha ocurrido y luego trato de entenderlo, de digerirlo… Como no siempre encuentro con quién platicarlo, con quién entenderlo; pues me veo en la necesidad de escribirlo.

Primero me tiene que ocurrir para que luego lo pueda contar. Si pudiera hablar de lo que no ha ocurrido, de lo que está por venir; estaría escribiendo horóscopos en cualquier revista.

Si pudiera entender el presente, no tendría ninguna necesidad de escribir y me dedicaría enteramente a vivir mis dìas sin cuestionamientos.

Pero tengo un pasado y un raudal de dudas…

Todos estamos hechos de pasado; no hay quien lo pueda evitar

¡Éste pasado es mío!

¿Y quién me lo va a quitar?

¿Quién podría cambiarlo?



GBo


"Yo sólo tengo esta pobre antena, que me transmite lo que decís. Una canción, mi ilusión, mis penas y este souvenir..."
Chipi Chipi

junio 10, 2010

Devocionario



Para una chica que anda por aquí


Menos tus besos, mi voluntad está intacta

¿Y quién lo va a entender?
¿Quién lo que yo mismo no entiendo?
Nunca pude amar igual
ni a hombre, ni a mujer
No he podido, no quise, no quiero

Habita de tu piel su recuerdo mi nariz;
de tus lóbulos su sabor mi boca
Por no hablar de las cosas pares
con las que a oscuras, sin ropa
hacíamos juegos malabares

Menos tu infancia, olvido al Yo niño

Jugábamos en tu jardín
descubriendo el verano en cada abrazo
Corriendo tras una pelota
tus pisadas marcaban mi camino
Ya te quería, ya te seguía
y desde entonces te sigo

Para todos éramos dos niños;
en soledad una boca
Unas manos que se volvían locas
por descubrir el camino
Yo despeinando tus cabellos;
tú comiéndome la boca

Menos tu aroma, poco o nada me provoca

Siempre tú, a veces otras. Se desata el peligro por cada vez
-Dios guarde la hora- que me voy tras otras bocas
No busques motivos en nuestros corazones
ni me hagas preguntas, no tengo razones

Anda que nada sospechen, guarda tu distancia
Anda que no juzguen nada, quítame la mirada
Quédate en silencio no me digas nada
Bésame en la madrugada, méteme en tu cama

Menos tus brazos; no temo naufragar

Ahí estará tu nombre siguiéndome
a ese sitio donde no hay conformidad
Allá donde no encuentro olvido;
llevo tu recuerdo vivo sin importar la edad

Mi voz te irá siguiendo y -no lo olvides-
cerca, muy cerca, mi boca irá
Repitiendo estas palabras,
apelando aquellos besos que no me das

Menos tu amor, quítame la vida

¿Cómo olvidar aquellos días?
¿Cómo negar que me querías?
No hay alivio posible para tu ausencia
Llegaría la lluvia a inundarlo todo
llevándote a una orilla lejos de la mía

Fueron tantos días, tantos lugares;
tanto nos quisimos que no sé cuánto
florecía el amor como un jardín
Ahora el verano torna a blanco
cuando tus brazos se olvidan de mi

Menos tu olvido, me encuentro tranquilo

Será lo que tú quieras, cómo tú quieras,
como siempre ha sido. Con fervor lo pido;
no me dejes al lado del camino
Llévame contigo;
llévame contigo…


GBo
Con menos tanto

junio 07, 2010

La pareja ideal


Todo fue porque la madrugada del miércoles nos pusimos a rasgarle a la guitarra como en los viejos tiempos. Es verdad que la guitarra per se me da el “Aguante” necesario para seguir adelante y; aunque por un tiempo estuve al margen de tocar con alguien más, pronto recordé que entre amigos la guitarra es mejor y eso de ponerse a la guitarra olvidándose de todo se potencia a niveles inimaginables entre colegas. Dos guitarras es mejor que una, tres mejor que dos y así sucesivamente según el espacio y la disposición para soportar variedad de géneros u opiniones…

La cosa es así y la música no iba a ser la excepción.

Yo he aprendido a ser flexible y tolerante. Con los años he aprendido a escuchar a los de mi izquierda y a los de mi derecha. A los que opinan, a los que juzgan, a los que callan… También he aprendido a esperar. Ha sido una lección dura, pero he desarrollado mi paciencia y el deber de quedarme quieto y esperando…

Mientras nos poníamos de acuerdo en tonos, afinábamos guitarras y ecualizábamos volumen y arrancábamos con algunos temas de los Credence -Proud Mary, Down on the corner & HYESTR?- llegó a nuestro repertorio una canción que me atrapo de inmediato con su fraseo. Apenas fue escucharla y comprendí una revelación.

Desde los primeros acordes que tocamos sonó tan, tan bien que me puse a cantar como si fuera medio día; como si nadie nos escuchara… Como si la canción nos dijera lo que no éramos capaces de decir nosotros mismos… -¿Las canciones nos encuentran?-


“Eterna soledad
el tiempo danza en la madrugada.
Y no puedes dormir
si están todas las luces pagadas.

Ya se fue el tren
y esta calle nunca más será igual

Aprendiste a tener miedo;
pero hay que correr el riesgo
de levantarse y seguir cayendo…”


Y perdiendo ese miedo a seguir cayendo -si al final nadie sale vivo de aquí- decidí que es hora de colgarse la guitarra eléctrica para llegar al siguiente nivel.

A la mañana y sin titubeos hable a mi amigo Dani y le pregunté “¿Tendrás un buen ampli para mi Les Paul?

Tengo dos buenos ¿porque no te vienes a la tienda y los probamos? -me dijo

Tras probar los respectivos y con la advertencia de Dani que dijo “Yo no sé para qué los probamos, si ya sé cuál te vas a llevar” Elegí un Vox Valvetronix con el que hace mucho tiempo soñaba. Dicho ampli consigue que mi guitarra suene como si no la estuviera tocando yo. Es decir, suena espectacular!!!

El ampli es la mitad que le faltaba a mi eléctrica. Es momento de ponerse a trabajar sobre riffs, escalas y esos sonidos potentes que hasta ahora no conseguía con mi equipo de amplificación. Es mucho lujo en sonido y hay que estar a la altura al momento de la digitación. Velocidad y precisión serán el pan de cada día.

Estoy emocionado, estoy haciendo un escándalo impresionante y estoy sonando potente y bien - lo cual es aún más impresionante-

La espera fue larga, pero ha valido la pena.

En otros rubros, seguiré esperando. Sólo el tiempo lo dirá…


GBo


“Y así podrán pasar los años. Y yo tomar mil direcciones. Sé que he dejado un mundo atrás, siguiendo siempre un ideal. Como un valiente cazador en las estrellas…”
M
y
V
o
x

junio 02, 2010

¡Charly!


“Ahora no estoy más tranquilo
¿Y por qué tendría que estar?
Todos crecimos sin aprender
y todavía me siento un anormal”
SNM


Yo fui a buscar On the Rock de Calamaro y me encontré con el Concierto Subacuático de Charly. Lo que este año ha pasado en la Ciudad de México es sorprendente. No recuerdo que antaño hubiéramos tenido conciertos con carteles de gran calibre como los que hemos tenido en los cinco meses que lleva el año.

Hoy tocó Charly García en el Auditorio Nacional y nuevamente -por motivos que no puedo explicarles- no pude estar ahí. Nunca he tenido oportunidad de participar de un concierto de Charly. Alguna vez en México él no llegó porque un huracán lo había dejado varado en Miami; otras yo he tenido que volar días antes de que se presente y alguna vez en un restaurante de la Rambla catalana un mesero me comento que la noche anterior Charly había cenado ahí y tras unos “güisquitos” pidió que quitaran al pianista y él mismo se puso a divertir a los comensales. Ese es Charly, y esa es la forma en que no lo he podido ver. Mi esperanza es firme y sueño que algún día podré brincar en uno de sus conciertos por Baires.

Hoy es madrugada, estoy en casa y me encuentro viendo en DVD el Concierto Subacuático de Vélez. Me emociona encontrar a un Charly renovado y a una banda Say No More con la misma potencia de hace unos años. Claro que los músicos son otros, pero qué más da si la vida misma es otra ahora mismo.

Es grato tener de vuelta a Charly, con la cordura que nunca le conocimos. Aunque la DETOX nos lo devuelve sorprendentemente subidito en kilos. Que sepan que a mí la DETOX me quito kilos y me devolvió la calma y el gusto por desayunar los domingos a las nueve de la mañana. Sólo anécdota; ya hemos dicho antes que volar es para las aves.

Me emociona ver de nuevo al flaco y verlo al piano -donde es Dios- me emociona al grado de subirle al volumen -aunque sea madrugada- consiguiendo que con cada tema me invadan los recuerdos y me ponga a escribir:

Y es que con Charly García entré por la puerta grande. Es decir, con el disco Unplugged. Apenas fue darle al play para enamorarme de las secuencias armónicas del piano y con el siguiente disco, Demasiado ego, sorprenderme con la potencia de unos riffs magistralmente digitados en una Rickenbacker D-12. Siempre me ha gustado el rock y, por tanto, me tenía que gustar la banda Say No More.

Aunque en realidad ya había conocido a Charly García mucho tiempo antes. Mi amigo Arturo me ponía en KCT No voy en tren. Era el tema que bailábamos en las primeras fiestas de juventud. Esas fiestas donde descubrimos el sabor -y el efecto- de la cerveza y el aroma -y el Afecto- a la Mary Jane. Era escaparte a escondidas de casa para salir con mi novia cinco años mayor a divertirnos en los reventones ochenteros. Jazmin era la chica más guapa del barrio y siempre me he preguntado porque se fijo en mí, si a su lado era un niño. Me gustaría volver a verla y saber cómo le fue en la vida. “Porque no hay nadie que mi piel resista, porque no hay nadie que yo quiera ver. No veo televisión ni las revistas. No veo ya nada que no quiera ver…”

Años más tarde estábamos en la universidad esperando el inicio de una clase de costos o algo igual de aburrido. Yo leía en el periódico que Charly estaba en un lío con los padres de su novia, pues él tenía algo así como 45 años y la “mina” apenas cumplía los 15. Compartí la nota con Ely, que era la chica que me traía loco por esos años -ella no lo sabía, pero lo sospechaba- y yo siempre buscaba motivos para acercarme a ella. Luego, gracias a la nota y a los pretextos que yo buscaba, nos hicimos novios. Semestres más tarde íbamos en mi flamante auto rumbo a su casa escuchando Chipi-Chipi y una estrella fugaz nos hizo uno de los regalos más inolvidables. Algunos amigos -de vez en vez- todavía me llaman Chipi-Chipi. No les miento, se ha dado el caso que escuchando el disco Unplugged me ha llegado el aroma de Ely y la imagen de sus ojazos verdes en invierno y azules en verano. “Esos ojos que ahora a otro mirarán…

Y claro; si yo era Chipi-Chipi, tenía que haber una Tiki-Tiki. No quiero acordarme, apenas diré que fue ver su cabello y saber que la suya era una mente tan complicada como la mía. Me enamore en dos segundos. Las mejores pláticas, las mejores lecturas, los mejores escritos, los mejores momentos y todo lo contrarío lo he vivido con ella. Esa mujer tiene mi instructivo en sus manos, nadie en el mundo me conoce mejor. Donde quiera que ella esté; bendita sea y bendito el que a su lado va.

Luego, con amigas de la universidad, íbamos a grabar videos al Parque México con Música de fondo para una fiesta animada. Lo rescatable de esos días es que me interese por el piano. Primero porque traía en la cabeza canciones como Los dinosaurios y Pasajera en trance; luego por ver a mi amiga Tania tocar el piano. Ella tocaba en una cantina de San Ángel y yo me iba con ella algunas tardes de viernes. Nuca supe aprovechar la oferta de las clases. Además ella atravesaba momentos difíciles con la pérdida de sus padres.

En muchas ocasiones, y siempre de parranda, mi Ponchito y yo nos encerrábamos en el carro a escuchar Viernes 3 am hasta el amanecer. Era nuestro himno, nuestro “Aguante la amistad” La de Ponchito es una amistad que no se olvida, que llevaré allá donde vaya ¿Y qué decir de los momentos que pasamos con el disco de Mercedes Sosa y Charly? Eran los buenos tiempos de un Charly que todo lo podía y los malos tiempos para nosotros en que nada nos salía. Era en su casa o en la mía. Era escuchar De mí y plantearnos propuestas para el funeral de uno u otro. Promesa que -de mi parte- se cumplirá fielmente, amigo mío. “Cuando estés mal, cuando estés sólo. Cuando ya estés cansado de llorar, no te olvides de mí porque sé que te puedo estimular. Cuando me mires a los ojos y mi mirada esté en otro lugar; no te acerques a mí porque sé que te puedo lastimar. No pienses que estoy loco, es sólo una manera de actuar…”

Luego quise aprender de Charly a ir por la vida sin límites y descubrí -con fuertes golpes en el camino- que pueden ser muy lejanos o muy cercanos, pero al final todos tenemos nuestros límites.

Uy, he abierto un cajón que tenía muy cerrado, muy olvidado ¡Es la música de Charly! No puedo seguir hablando, mejor aquí me bajo. Voy a buscar unas fotos para mirarlas y tratar de entender que aquellos días no han de volver…

Ustedes disculparán

“Tómalo con calma, la cosa es así. Ya se hace de noche, me tengo que ir… Si este dolor durará por siempre, es que el mercurio lo tengo aquí… Ya no digas más palabras nene, ya vete de aquí…”

GBo


¡La entrada es gratis, la salida vemos!