Bajo la idea de “Pretendo vivir eternamente. Hasta ahora voy bien” me desperté esta mañana de sábado, leí algo de Algarabía, tome canela en té y, por aburrimiento, prendí el TV. Quería informarme sobre los acontecimientos en Chile tras el terrible terremoto.
Pensaba en el planteamiento filosófico que nos brindan las derrotas, las destrucciones, la idea de perderlo todo para volver a la vida cual Ave Fénix y en mayor plenitud. La plenitud es una bella palabra que está llena de pasado y errores. En su momento los errores y las derrotas nos cortan la respiración y nos llevan a días grises en que nada nos agrada y nos ponemos a considerar ideas de huída, de punto final…
Bajo el umbral de la duda y la insatisfacción somos susceptibles y manejables. El diablo tiene muchas formas y es capaz de seducirnos; nos da la mano cuando más la necesitamos. De no ser por el hecho de que no es la mano que necesitamos, todo estaría bien. Quién busca en sus adentros encuentra sus propias respuestas. Quién tiene sus propias respuestas -pienso- encuentra la tranquilidad y el entendimiento necesario para seguir adelante y disfrutar el sol y la sombra sin tambalearse ¡Todo es tan sutil!
El diablo tiene muchas formas, muchas caras, muchos nombres, muchos sabores, muchos aromas. A veces nos llama por teléfono, a veces nos escribe. Por no ser el momento no daré ejemplos de formas, mucho menos de nombres. A penas diré que el diablo ha venido y se ha ido y he aprovechado cada visita para tener los ojos bien abiertos en el futuro y no cometer -al menos no el mismo- otro tropezón. Lo peor del fracaso será siempre no aprender la lección.
Luego, como un relámpago, cambio a canal 22 y veo las rutinas de Ice Skating justo en el momento de Tessa Virtue & Scott Moir. Cabe mencionar que estos muchachillos son del equipo canadiense y salieron a la pista con la seguridad de tener a la tribuna de su lado y la certeza que da el dominio de la técnica y hacerse 38 horas de entrenamiento a la semana. Además dicen que van a la universidad, atienden sus clases y apenas llegan a 20 años de edad. Escucho esos comentarios y mi trago de canela se amarga por verme ahí tumbado en la cama y ver que casi es medio día.
Pero no estoy aquí para contarles cuantas horas entreno a la semana. Lo que les quiero decir es que la rutina final con la que consiguieron el oro realmente me hizo volar sin salir de la cama. Que belleza de rutina, que perfección, que entendimiento y que forma de comunicar con sus cuerpos tantas emociones. Lo que ellos hacen sobre los patines, nosotros no lo hacemos ni con zapatos.
Me pregunto: ¿será difícil ser novio de una chica así? Si la mayor parte del tiempo la pasa con su pareja de baile. Y voy más lejos: ¿Será peor que tu novia sea tu misma pareja de baile? Pues todo el tiempo estás con ella hasta cuando vas a entrenar. Lo que sea, Tessa Virtue es una chica hermosa.
Recuerdo aquella frase: “Mi mujer y yo fuimos felices durante veinte años. Luego nos conocimos” -Rodney Dangerfield-
¿Alguien de aquí cree realmente que el amor eterno existe?
Todo trabajo tiene su recompensa y la medalla de oro lo confirma. Pienso en los ciudadanos de Haití y ahora de Chile y todo el trabajo que tienen que hacer para reconstruir sus vidas, sus familias, sus hogares, su presente, sus colonias, sus ciudades, su país y un día poder vivir en paz y en tranquilidad.
Ahora pienso en México y trato de imaginar cuántos terremotos necesitaremos para volver a encontrarnos, para ser lo que fuimos, para ser lo que nunca hemos sido…
Termina la rutina y Canadá se lleva el oro, apago la tele, cierro la revista y me levanto decidido para ir al trabajo.
GBo.
GBo.