Los unos siguen sin poder creerlo; parece que la noticia no les agrado nada.
Los otros con su indiferencia de siempre; están, pero sin estar…
El resto convidándome de su dulce compañía, de sus buenos deseos, de sus sabios consejos, de sus cálidos abrazos y de sus afirmaciones positivas alentándome a seguir creciendo. Eso debe ser la amistad.
No alcanzo a comprender porque la idea de ser padre les alegra a unos, mientras que a otros - otras- les incomoda y a muchos más les resulta indiferente.
Yo dije que iba a ser papá y YA SOY PAPÁ
¡Sí, escucharon bien! ¡YA SOY PAPÁ! -Inocentes palomitas-
El pasado sábado me convertí -nuevamente- en padre de una hermosa Cachorrita Doberman llamada “Gala”
Tras la partida de Leipzig juré que no iba a existir otro perro como mi perro y dije también -equivocadamente- que no iba a querer otra mascota en mucho tiempo.
Luego; hace unos días, me presentaron a Gala y por su forma de mirarme, por su porte, por su gallardía, por sus huesos largos me enamoré al instante y abrí las puertas de la casa -y las del corazón- para darle la bienvenida en mi vida.
Los prejuicios son una barrera absurda -como todas las barreras- que nos impiden probar, conocer, llegar más lejos en "eso" que vamos experimentando por la vida.
Casi siempre tenemos definido lo que queremos y lo que no queremos para nosotros. Pero, si lo pensamos bien, lo que queremos y lo que no queremos en realidad es lo que los demás nos han impuesto con sus expectativas hacía nuestra persona.
Les cuento:
Leipzig era un cachorro de sangre purísima descendiente de un macho campeón alemán y de una hembra campeona española. El argumento que me dije -porque así lo escuche siempre- es que Leipzig sería un can difícil de reemplazar ¡Con tan buenas credenciales el mozo!
Con esa idea absurda navegaba y Gala -valiente guerrera- ha venido a echarla por los suelos.
Con esa idea absurda navegaba y Gala -valiente guerrera- ha venido a echarla por los suelos.
Esta nena Doberman no es de gran estirpe, no es de padres campeones, ni tiene tantas credenciales para asombrar a la concurrencia. Gala es sólo una mascota nacida para mí y eso ya es bastante. Gala es simplemente Gala y es mi nueva mascota. Hermosa llama que corre por mis jardines.
Gala -como Toruk a Jake Sully en Avatar- me ha elegido a mí. Porque es para mí, porque soy para ella. La comunión y la armonía de dos seres en este mundo de las formas es una de las muestras más sublimes de la belleza y del amor en nuestro transitar por la vida.
Gala es una hembra de tres y medio meses; es de un sepia hermoso y su carácter es firme como el de un soldado. Por las noches, cuando llego a casa, corre a saludarme y -de una forma que no alcanzo a comprender- es capaz de salirse de su jaula sin siquiera abrir la puerta. Gala es un ser especial, más allá de las categorías mundanas que hemos inventado para clasificar a propios y extraños.
Para no olvidar:
“El verdadero amor ha de expresarse donde menos lo imaginamos, donde no lo esperamos. No permitamos que los prejuicios nos nieguen la posibilidad de amar y ser amados…”
GBo
La chica en cuestión: