diciembre 31, 2009

Se me va




Lo malo de un reloj es que se detenga... Los peor es que el tiempo pase como agua entre las manos; sin poderlo detener…

El nuestro es motivo de alegría por estar aquí y cerrando un año más y recibiendo uno nuevo en las manos ¿Qué haremos con él?

Si el que pasó fue malo o bueno ya ni pensarlo. Mejores tiempos vendrán y eso está en nuestras manos, en nuestros corazones. Un mejor lugar, un mejor momento es siempre por mejores personas…

Alegría grande y eterna a todos los amigos que han sabido estar ahí por tantos años y gracias a los amigos nuevos que han llegado en este año y en este espacio:

A los ojos hermosos de Apaseo; a los leales de San Luis; al orgullo de Marquelia; a la inolvidable de Satélite; a los alegres de Insurgentes; a mi Alma Máter de Aragón; a la gran mayoría que habita el Sur; al niño de Marina; a los de la del Valle; a mi Picky Forever; a los de Toronto; a los de Ottawa; a la rubia debilidad de Montreal; a los desvelados de Bs.As.; a los poetas de Montevideo; a los que me llevan de marcha en Catalunya; a los que comparten mis sueños en Madrid; a la más guapa de Teherán; a los que -tristemente- ya no están; a los de este Blog…

En fin, a todos por su hermosa amistad.

Feliz 2010!!!


GBo

diciembre 29, 2009

Down in the Corner



En el Waldo`s de la esquina hay un puesto de elotes donde algunas veces paso y me detengo a comprar.

Para estacionarte debes “pedir” un lugar al "franelero" Un tipo alto, delgado, seductor, a primera vista amable. En realidad es un tipo raro, egoísta, grosero -el diablo tiene muchas caras-

Una vez estacionado y a punto de bajar del auto él se acerca, te abre la puerta, le mira las piernas a tu chica y dice cosas como “buenas noches caballero”, “damita”, “bienvenidos”, “buen provecho” todo dicho en un acercamiento que invade y me resulta incómodo. La conciencia del espacio vital es virtud de bien pocos, pienso.

Al momento de partir y todavía con queso en la boca, tienes que sacar la mano del auto y dejar una moneda. Si es dorada y grande, mejor. Acto seguido el flamante amigo te dará su bendición:

"Muchísimas gracias, que tengan bonito camino a casa y que Dios los bendiga" -todo eso dice lo juro-

Ahora bien si -por la razón que sea, incluyendo no traer una momenda o no tener ganas de darla- llegarás a cometer la torpe decisión de no darle lo que quiere -la moneda en este caso- tendrás que asumir las consecuencias y saber que camino a casa -según sus gritos- puedes chocar, ser asaltado, secuestrado y violado -o todo al mismo tiempo- La maldición llegará a ti por ser una persona tacaña, mal agradecida, tan vil, tan poca cosa.

Y -por si eso no bastara- debes estar dispuesto a soportar la rechifla y los gritos que te recetará al momento de arrancar. Todo por una moneda…

De lo observado entiendo tres cosas:

- Que Waldo`s es un todo a trece

- Que las bendiciones cuestan cinco pesos -Hallelujah-

- Y las maldiciones las regalan por ahí

Si das la gente está contigo. No des y en tu contra.

Si soy y seré el mismo con o sin la propina. Diga SI o diga NO. También entiendo que lo que digan de mi inocente persona no me va a influenciar -VH1N1-

Una cosa es que no les guste; pero en el fondo -y en la superficie- la cosa es igual, sin diferencias.

Lo sabíamos antes y lo sabemos ahora:

"El barrio donde hábito, no es ninguna pradera..."


GBo

diciembre 28, 2009

Memoria Navideña



Hablábamos -por olvidar, por alejar la angustia que nos causaba esa cama- de tantos temas como de ninguno. Decíamos, por ejemplo, que aquella historia que Adelaida nos contaba acerca de Elisa y el affair que Gabriel, su esposo, tenía con una jovencita era, en realidad, la propia historia de Adelaida. El fracaso y la derrota se ven mejor de lejos, se entienden y se puede hablar de ellos cuando se presentan con los demás, nunca con uno.

Pasamos luego a la alegría de neonatos y a la tristeza y el cansancio de geriatría; de lo elegantes que van las visitas al hospital en Nochebuena; que si la noche estaba fría… Lentos iban los minutos cuando un señor ofreció:

-Joven ¿Gusta una empanada?

La cortesía y la amabilidad hace años no viven en esta ciudad. Así que en silenció miré una canasta llena de empanadas y luego la cara del señor. Otra vez la canasta, otra vez al señor intentando entender la propuesta. Él insistió:

-Son gratis no se preocupe

-Siendo así, quiero dos -quise bromear-

-Las que usted guste joven, con confianza -me dijo en tono serio-

Al ver que mi intención de bromear no tuvo el efecto deseado, fui al grano y comenté:

-Que buen gesto del hospital al dar empanadas en Nochebuena ¿No cree?

El señor se aferró fuertemente a su canasta y con enorme esfuerzo por evitar la tristeza reveló:

-No es decisión del hospital, joven. Es decisión de mi familia, pues hace tres años mi nieto estuvo en la sala de urgencias de éste hospital en la noche de Navidad. Lo daban por muerto y nosotros pedimos a Dios que nos hiciera el milagro. A cambio de eso cada año estaríamos aquí la noche del veinticuatro para dar un poco de alegría a todas las personas que sufren por sus familiares. La esperanza fue grande, mi nieto resucitó y ocurrió el milagro, así que aquí estamos…

Lágrimas aparecieron y no pudo decir más. La voz se quebró, dio la vuelta y no hubo un “con permiso

Sin saber cómo; me quedé de pie y callado viendo las dos empanadas que tenía en las manos. Mordí la de jamón. Pensé que hay cenas de Navidad sin invitación al recalentado. El bocado dolió al pasar y mis ojos lo hicieron muy salado…


GBo

diciembre 24, 2009

Aura




“Es diferente la experiencia de leer a la de escuchar, las palabras alineadas de una página por la que pasamos nuestros ojos construyen momentos distintos a los que se crean a partir de un texto escuchado, las palabras vuelan hasta los oídos. Es como escuchar una voz en el silencio absoluto de la noche, la voz lo ocupa todo, se hace refugio, abrigo y te convierte en un ser envuelto en verso o prosa, un ser ligero, volátil. Se desvanece el cuerpo, se queda el alma.”

Milagros Revenga


A propósito de los poemas de Alejandro Aura en la voz de Margarita Castillo que se alojan -y esperan- en la página de la UNAM bajo el proyecto de una Biblioteca Hablada.

Si alguien desde su persona y desde su oficina de gobierno ha hecho un esfuerzo por la cultura en México ese fue Alejandro Aura. La calle es de todos, Libro Club, Las Aureolas, En su tinta, Boleros y un poco más, La Sobremesa, El Hijo del Cuervo, El Circo Volador, El Faro de Oriente y mil proyectos más para que los mexicanos y; especialmente los habitantes del DF, encontráramos en los medios, en la calle y en cualquier espacio una oportunidad de acercamiento a la cultura como una puerta de entrada -grande- a la convivencia y supervivencia social.

La ciudad, según reportaban los medios por la década de los 80-90´s, se venía convirtiendo -allá va otra vez- en un lugar de “vagos”, “bandas”, “drogadictos”, “asesinos”, “violadores”, "alcohólicos”, “Pandilleros”… Todos hablaban de penales, prisiones, pena de muerte y demás castigos ejemplares para demostrar a los pobladores del Valle de Aztlán aquello de lo que era capaz el gobierno y su aparato de impunidad -los polis-

Luego apareció Alejandro diciendo que la culpa no era de los pobladores. Que la gente sólo se agrupaba con el ánimo de sobrevivir y que cualquier persona en condiciones de hambre y pobreza se atrevería a morder la mano de su dueño. Más aún si se les envenena el alma con el odio, el alcohol, las drogas y la pobreza… -La razón no le faltaba-

Cosas tan magistrales como “un libro es muchísimo más poderoso que cualquier arma” así de claro lo tenía Alejandro y ahí estaba en la calle apostando a la cultura.

Por tanto, a esos “vagos” había que darles educación en las aulas, en las calles y en los hogares mexicanos para hacer de la cultura un camino que nos convirtiera en una sociedad tolerante, crítica, con memoria, con juicio, con aspiraciones, con ímpetu creador, con orgullo de nuestra cultura, nuestras raíces y nuestra identidad. Y, por el camino de la cultura, hacer de nuestro país un patio con jardín, coloridas aves y resplandecientes flores y no un callejón oscuro y sin salida.

Los libros que escuche en la voz de Aura, los que me recomendó, los que busqué -por él- los conciertos que se organizó en el Zócalo, el cine y el teatro que trajo a la Plazuela del Barrio, las mañanas de sábado en el Hijo del Cuervo… Todo viene a la memoria ahora que ya no está, ahora que doy click en los poemas que -gracias otra vez- la UNAM ha decidido acoger en su cálido site de cultura.

Que la cultura es un buen regalo, lo aprendí de Alejandro Aura.
Que la cultura nos acompañe hoy y siempre siempre, es mi deseo.


http://www.descargacultura.unam.mx/


GBo

diciembre 22, 2009

En concreto



"Serás la noche oscura donde arderé; las vigas de esta casa que aún sigue en pie..."
Sube al desván



Serán tus largas piernas,
será tu piel tan blanca.
¿O esas manos largas que me pones en la cara?

Serán tus ojos que no veo por dónde miran,
será la madrugada que no nos sabe a nada.
¿O será la apuesta por ver quién gana?

Serán tantas cosas, será nada.
Esos rizos, la boquita, los abrazos, esa piel que huele a mi
y esa mirada que me exige, que no pide nada.

Será que la vida la quiero vivir a tu lado
Será que escribo porque no digo
¿Algún día estarás conmigo?

Será tu sentido del humor que me hacía reír sin freno
Será -en concreto- que soy tu Gabo, que te quiero...


GBo

diciembre 20, 2009

Plácido Domingo



Gran título para describir la paz y el aire frío que lograron que este domingo me quedara encerrado en casa con trabajo de oficina, música y calma en cada minuto del día. La paz no siempre va contigo, ni tu con ella; por lo que ahora me viene bien. Pero no es de eso de lo que quiero hablar, o tal vez si…

Quiero hablar de la forma en que Plácido Domingo logró darnos emoción y alegría la noche del sábado. Los diarios dicen 200,000 asistentes, tengo mis dudas. Pero, así hayan sido únicamente cien personas no dudo ni un segundo que a todos, en algún momento, en alguna nota, en algún verso nos puso a cantar regalándonos minutos de felicidad.

No voy a hablar -no podría- de la impresionante calidad de voz, del control, de la potencia y bella forma de transmitir al momento de abrir la boca -ya quisieran tantos políticos de este cada vez menos verde valle- Quiero hablar del repertorio tan nuestro, tan mexicano, tan de nuestra infancia y tan de nuestra vida entera que escuchamos anoche. Hubo, como en toda ópera, arias, zarzuela, incluso villancicos y, en un momento de gran emoción, llegaron José Alfredo Jiménez, Consuelo Velázquez, Guadalupe Trigo, Agustín Lara, María Grever, Fernando Z. Maldonado.

Así, tras la belleza y la calma de la zarzuela, llegamos a la emoción y al sabor aguardiente -ambiente papalina- de la canción popular mexicana. Se escucho el mariachi y el traje de charro que vestía Plácido tomo sentido. Luego, el frío de la noche dejo de importarnos y todos decidimos abrir un poco el pico y el corazón para acompañar en coro Te quiero dijiste, Ella, Paloma, El Rey, Cielito Lindo, Mi Ciudad -bellísima-, La Negra, Granada, Júrame, Bésame Mucho…

No, claro que no son éstas todas las canciones de nuestra tierra ni de nuestra de-formación músico-emocional. Habrá mil canciones más con las que hemos crecido, con las que nos hemos emocionado, con las que hemos ido lejos, con las que nos hemos enamorado, con las que seguimos recordando, con las que no podremos olvidar jamás… Ay, ay, ay canta y no llores...!!!

Anoche así se sintió el Paseo de la Reforma. Plácido cantando a los pies del Ángel y nosotros -todos- a los pies de Plácido. Qué gran noche de sábado que ha conseguido que hoy domingo sigan en mis oídos esas canciones y en mis ojos la alegría de ver a mis compañeros de ciudad ejerciendo el derecho a la paz y la alegría para salir en familia a caminar y cantar en gran coro esas canciones que cantamos cuando estamos en casa o en el carro camino al trabajo. Las calles siempre han sido nuestras y así seguirá siendo siempre.

Anoche Plácido fue superior a cualquiera y un puño de estrellas nos pudo bajar. Anoche comprobamos que podemos ser felices Si nos dejan.

GBo.




diciembre 18, 2009

Esperar



Todo en estricto sentido -inevitablemente- se trata de esperar:

Saber si es niño o niña; si hay parecido con mamá; si tiene el carácter de papá; fresa o limón; orejas o rabo; que den las cuatro, las tres; que suene la chicharra; que salga la luna, que se ponga el sol; que pase la crisis; que termine el sexenio; que silbe el árbitro; que llegue un vuelo; que doble la doceava campanada; que se te seque una flor; que inicie el concierto; que termine la misa; que cumplas quince; que sea viernes; que te gradúes; que te cases; que construyas tu hogar; que te jubiles; que los hijos se marchen; que se acabe el invierno; que parta el tren; que se reconcilien; que traigan la cuenta; que llegue el camión de la mudanza; que hierva el agua; que consigas olvidar; que te alcance el perdón; que se acaben las pilas; que florezca el jardín; que suene el teléfono; que se te caiga el cabello; que te duelan los huesos; que el corazón diga hasta aquí...

Que putada puede ser la vida!!!


GBo

diciembre 10, 2009

Virar



A Pinky Winky, con amor

Si tuviera que caer;
desmoronaría a tus pies.
Si tuviera que desear;
de tus besos quiero diez.
Si tuviera que parar;
en tu sombra, así es.

Si tuviera que pensar;
repasaría tus años.
Si tuviera que esperar;
que nunca me haga viejo.
Si tuviera que aceptar;
rompería siempre mi espejo.

Me mantendría callado;
si la razón fuera primero.
El dieciocho de enero
no es catorce de febrero.
Ni de padre, ni de madre;
just amor grande y sincero.

Si tuviera que crecer;
florecería en tu cabello.
Si tuviera que esperar;
sin importarme el desvelo.
Si tuviera que volar;
revolotearía en tu cielo.

Si tuviera que soñar;
amanecería en tu cama.
Si tuviera que elegir;
no te cambiaría por nada.
Si de lamentar se trata;
ni tu padre, ni tu nana.

Me mantendría callado;
si la razón fuera primero.
El dieciocho de enero
no es catorce de febrero.
Y si me retan a duelo; -rompiendo mis guantes-
yo me disparo primero.

Si me obligan a correr;
montaré tu bicicleta.
Si decido ser feliz;
golearé con tu balón.
Si pudiera estar ahí;
daría el presente en tu salón.

Me mantendría callado;
si la razón fuera primero.
El dieciocho de enero
no es catorce de febrero.
Y qué importa un agujero; -por esperar desespero-
si al final tu eres primero.

Si tuviera que perder;
moriría mi yo tahúr.
Si tuviera que morir;
con guitarra y sin glamur.
Si tuvieras que volver;
vuelve, vira al sur.


GBo

diciembre 06, 2009

Nunca más

"El silencio es, muchas veces, la mejor respuesta"
Dalai Lama, Tenzin Gyatso

Recurso bien pobre aquel de poner letras de otros en espacios propios. Sin que esto importe, la letra de los Hombres G describe el momento.

Yo tampoco tengo claro por qué estoy callado. Habrá que escuchar al silencio -sic-, poner atención a lo que la gente dice, a lo que callan, a las notas de estos días, a las letras de las canciones. El tiempo -acto- de escuchar es semilla -antesala- para ponerse a escribir y por tanto decido no hablar por no perder ocasión.

Apenas diré -a propósito de esta canción- que iniciaba el año y llegábamos a San Luis partiendo Plaza para el concierto de los Hombres G. Tras el concierto al Play por unos tragos y hablar sobre las canciones “favoritas” de la noche. Sonaron “Qué te he hecho yo”, “Dos imanes”, “No te puedo besar” y de inmediato nos transportamos a los años en que teníamos catorce y -la amistad por testigo- cantábamos estos temas. Además de los tragos, seguimos cantando, brincando, bailando un poco y luego a casa de Cynthia donde esperaban mi guitarra, una botella de ron y una cena. La idea era buena, pero el cansancio y el frío de San Luis pudieron más; así que a la cama a horas humanas y sin más canciones para esa noche.

No tengo que decir que esa casa es una sucursal del paraíso -como yo lo imagino- risas, amigos, cariño, juegos, buen ambiente, lugar para volver al pasado, opción para decir lo que antes no se pudo decir, donde -si la noche lo exige- es posible que no duermas. Además me tratan con tanto cariño que me hacen creer que soy buena persona. No hay amistad más grande en el mundo. No exagero cuando digo que te llevo Cynthia… "Yo siempre te he querido, quiero que seas feliz…"

Hace poco en el Prat -en otro concierto de los G- nuevamente esa canción ¿Será que no entendí algo aquella vez? ¿Será que me persigue? ¿Será la respuesta que no quiero conocer? No lo sé del todo… Sólo sé que sin ti la noche del Prat fue más fría y con mucho menos emoción… Tan lejos y tan cerca… Reclamo ternura… Me siento perdido; necesito un “por aqui"
GBo
Nunca más
-David Summers-
Quiero andar por esta vida
sin nada que temer.
Quiero vivir sin mentiras
sin fotos que romper.
Quiero verte aquí dormida
enterrada en mi piel.
Y beberte cada día
para calmar mi sed.
Que todo sea distinto
como el olor del mar.
Que tu sabor sea mío
y tu calor mi hogar.
Quiero andar por esta vida
sin tener que llorar
nunca más,
nunca más…
Que todo sea distinto
al menos para ti.
Que cuando tengas frio
te abraces a mí.
Y que cuentes conmigo
también para reír.
Yo siempre te he querido
y voy a estar aquí.
Quiero andar por esta vida
sin tener que gritar.
Quiero verte aquí dormida
y sentir tu despertar.
Quiero andar por esta vida
sin hacerte llorar
nunca más,
nunca más...
Que todo tenga sentido
que no haya que mentir.
Que cuando este perdido,
me digas por aquí.
Y que cuentes conmigo
en lo que queda por vivir.
Yo siempre te he querido
quiero que seas feliz.
Quiero andar por esta vida
sin tener que dudar
nunca más.