diciembre 20, 2009

Plácido Domingo



Gran título para describir la paz y el aire frío que lograron que este domingo me quedara encerrado en casa con trabajo de oficina, música y calma en cada minuto del día. La paz no siempre va contigo, ni tu con ella; por lo que ahora me viene bien. Pero no es de eso de lo que quiero hablar, o tal vez si…

Quiero hablar de la forma en que Plácido Domingo logró darnos emoción y alegría la noche del sábado. Los diarios dicen 200,000 asistentes, tengo mis dudas. Pero, así hayan sido únicamente cien personas no dudo ni un segundo que a todos, en algún momento, en alguna nota, en algún verso nos puso a cantar regalándonos minutos de felicidad.

No voy a hablar -no podría- de la impresionante calidad de voz, del control, de la potencia y bella forma de transmitir al momento de abrir la boca -ya quisieran tantos políticos de este cada vez menos verde valle- Quiero hablar del repertorio tan nuestro, tan mexicano, tan de nuestra infancia y tan de nuestra vida entera que escuchamos anoche. Hubo, como en toda ópera, arias, zarzuela, incluso villancicos y, en un momento de gran emoción, llegaron José Alfredo Jiménez, Consuelo Velázquez, Guadalupe Trigo, Agustín Lara, María Grever, Fernando Z. Maldonado.

Así, tras la belleza y la calma de la zarzuela, llegamos a la emoción y al sabor aguardiente -ambiente papalina- de la canción popular mexicana. Se escucho el mariachi y el traje de charro que vestía Plácido tomo sentido. Luego, el frío de la noche dejo de importarnos y todos decidimos abrir un poco el pico y el corazón para acompañar en coro Te quiero dijiste, Ella, Paloma, El Rey, Cielito Lindo, Mi Ciudad -bellísima-, La Negra, Granada, Júrame, Bésame Mucho…

No, claro que no son éstas todas las canciones de nuestra tierra ni de nuestra de-formación músico-emocional. Habrá mil canciones más con las que hemos crecido, con las que nos hemos emocionado, con las que hemos ido lejos, con las que nos hemos enamorado, con las que seguimos recordando, con las que no podremos olvidar jamás… Ay, ay, ay canta y no llores...!!!

Anoche así se sintió el Paseo de la Reforma. Plácido cantando a los pies del Ángel y nosotros -todos- a los pies de Plácido. Qué gran noche de sábado que ha conseguido que hoy domingo sigan en mis oídos esas canciones y en mis ojos la alegría de ver a mis compañeros de ciudad ejerciendo el derecho a la paz y la alegría para salir en familia a caminar y cantar en gran coro esas canciones que cantamos cuando estamos en casa o en el carro camino al trabajo. Las calles siempre han sido nuestras y así seguirá siendo siempre.

Anoche Plácido fue superior a cualquiera y un puño de estrellas nos pudo bajar. Anoche comprobamos que podemos ser felices Si nos dejan.

GBo.




3 comentarios:

  1. Y muy felices fuimos anoche, y con una gran sonrisa comencé este Placido Domingo. Que buen juego de palabras.

    La vida de nuevo me enseña que mis mejores momentos son aquellos que se crean en el aire, sin planes, sin horas ni camioneta limpia que pase por mí. Sin promesas, con la realidad de todos los días.

    Ahí estaba dudando si salía a Reforma con la única intención de ver el árbol de navidad y que este ambiente familiar me impregnara el espíritu navideño o mejor me quedaba en casa con peli y palomitas. Saqué chamarra y partimos, gran sorpresa era el concierto. Los árboles pintaban de lila, el color de mis sueños, la calle que más disfruto. Justo llegamos en el momento de José Alfredo, y como dices el frio se olvido, abrimos el pico y comenzamos a cantar con el corazón, y si esto no me era suficiente iba de la mano del chico que está entrando en mi corazón y se está adueñando de él.

    Cada canción la disfruté, compartí recuerdos y desde el sábado Cielito Lindo tiene un nuevo sentido en mi vida -AMOR-

    Conseguiste una magnifica foto.

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  2. A;

    Las canciones fueron la maravilla en la voz de Plácido.

    Me pregunto qué sentiría José Alfredo si pudiera ver todo lo que nos hace sentir?

    Hablando de sentir: como amigos que somos te lo digo:

    Por más de un motivo ni tu chico anterior ni el actual terminan de convencerme. No es tema mío, ni siquiera es tema del blog. Además se que no vas a escuchar y haras oídos sordos a la razón que -a veces- pueda tener.

    Solo quiero que sepas y tengas claro que los deseos de cosas imposibles a veces terminan lastimando.

    Tu que hablas de volar debes saber que del cielo se puede caer...

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  3. Imposible, palabra dificil en mi vida. ¿Quien etiquetó a "estas cosas" como imposibles? Yo no. Tan pronto vea a mi chico le preguntaré si para él son "imposibles" (Por cierto, si tú, el que se esta metiendo a mi corazón si vienes por este rumbo y lees este comentario sería muy rico que lo contestaras, así sabemos tu punto de vista). Para mi es diferente, y no me da miedo, la vida me enseña todos los día que las cosas que creemos correctas y están en el manual de buen gusto no son reales, no hacen que las cosas funcionen, lo que hoy vivo es más terrenal, correcto o no, con futuro o no; no lo sé. Se que -me embellece ser feliz- y hoy soy muy feliz. Me puedo caer, si lo se muy bien, ese riesgo es lo que le da sentido a la vida, nada es seguro, pero ¿QUIÉN DA GARANTÍA EN EL AMOR? Prefiero vivirlo, disfrutarlo, compartir un café,caminar de la mano, dormir a su lado, imaginarnos en un kayak el domingo por la mañana.

    Vivir día a día sin promesas, compartiendo esas cosas que nos hacen felices. Tienes toda la razón y no te haré caso, tal vez pueda ser cierto lo que dices y desde este momento te ofrezco una disculpa por no tomar en cuenta la señal de alerta. Con todo el corazón espero que no ocurra y si tuviera que ser así ya te estaré buscando para contarte mis penas, como tantas veces. Y ya habrá momento para que me diga por que mi chico actual no le convence, que del otro ya se.

    Hay algo que me dice que es el momento correcto, pero hay miedo en el aire. El tiempo lo dira.

    Te quiero mucho amigo, y gracias por preocuparte por mi.

    Vivamos cada minuto, recordemos los buenos momentos del pasado, sin lagrimas, sin equipaje que nos haga lentos, sin miedos. No nos quedemos con la duda de lo que pudo ser. Llegó la hora de hacer y no solo esperar.

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