octubre 23, 2009

UNAM




Qué alegría da despertarse con noticias agradables. Apenas leo que la UNAM recibe hoy el premio Príncipe de Asturias. Que nota tan esperanzadora para el espíritu mexicano. La insignia se ha logrado por los méritos de La Universidad en Humanidades y Comunicación. Que un país como España reconozca lo que se hace en Insurgentes Sur es estimulante para seguir subiendo al autobús y entrar al aula. Que México se cague en su Universidad y le dé la espalda es nuestra triste realidad.

Esta nota debió ser cadena nacional y no esos partidos de fútbol de los que tanto se enorgullecen los adictos al tv. De las virtudes nacionales el fútbol es la peor; o el mejor defecto que tenemos -como se quiera ver, si es que se quiere ver- y no nos llevará a nada. El estudio es la puerta y el camino que debemos seguir. La UNAM es la oportunidad de estudiar y de hacerlo bien.

Yo no tuve la suerte -mi tiempo vendrá- de estudiar u oficiar en la UNAM. Debe ser maravilloso vivir en esa Ciudad. Tal vez fue aquel concierto de La Maldita Vecindad a inicios de los 90`s la primera vez que pise La Universidad. Lo que vi fue un espíritu comprometido y orgulloso de portar la azul-oro. Daban ganas de quedarse ahí, pero les decía no tuve la suerte.

Luego; hace apenas unos años, donábamos una biblioteca al servicio de Psiquiatría y charlando con el Dr. Narro, entonces director de la Facultad de Medicina, y con el Dr. Díaz, líder de Psiquiatría en UNAM y en todo México, me decían sobre los planes de La Universidad para trabajar en IyD en México y cómo estaban seguros -y no les importaba- que tenían que luchar contra un marco legal absurdo y corrupto. No obstante, la UNAM estaba -y parece que lo sigue estando- dispuesta a llegar a buen puerto sin importar el tiempo y el trabajo invertido. Hoy llegan rumores de qué el proyecto sigue sin concretarse, pero sigue firme como en sus inicios. De lograrlo, el país tendrá una oportunidad importante para beneficiar con nuevas moléculas al mundo desde el fenotipo mexicano en áreas como la diabetes, neurociencias, cáncer. En ese rubro, el país tiene la oportunidad en sus manos; es cuestión de ponerse a trabajar. Y, por supuesto, la UNAM es pieza clave en ese posible éxito.

Como sea, la presea que se recibió en Oviedo es -debiera ser- motivo de alegría para los que conforman la plantilla: los jóvenes de prepa, de carrera, de doctorado, de investigación, personal administrativo, de limpieza, docentes, jubilados, etc. Todos merecen nuestro aplauso por portar la camiseta y por la garra -Puma- que demuestran cada vez que les hablan de su universidad. La UNAM debería ser el tesoro más celosamente cuidado por los mexicanos; con su ejemplo nos ha demostrado que sigue brillando, así que a aplaudir el galardón.

Por el espíritu, por la entrega y por la pasión con que defienden su casa y por el reconocimiento de hoy; felicito a todos los Pumas -menos al equipo de fútbol- nos han dado alegría y satisfacción cuando menos la esperábamos.

GBo

2 comentarios:

  1. Gabo:

    Me sorprende... (yo me entiendo)

    Pero creo que dejo como gesto de gusto por tu blog mi "huella" mi seguir... como lo quieras tomar... bien Gbo!!!

    Y coincido, felicito a la UNAM, yo lo ví "en vivo" desde mi facultad :-)
    Pero tampoco felicito al equipo de football

    Este blog... sí me esta gustando!

    ResponderEliminar
  2. Brenda;

    Hola.

    Al ver que te unes a mis letras, imagino, que ese "Me sorprende" es grato, positivo...

    Que así sea!!!

    Si es tu casa UNAM te felicito y, por lo que leo de tí, puedo asegurar que la Universidad reclama a personas como tú con ese talento y esa sensibilidad que tanto echamos en falta en la siempre bella juventud... No todos los jovenes somos así...

    FELICIDADES y a poner la frente en alto!!!

    ResponderEliminar